El Karst de Moravia es una reserva natural protegida al norte de Brno que se caracteriza por estar esculpida por cañones y recorrida por un laberinto con cerca de 400 cuevas. Este lugar representa una parte importante de la riqueza natural y cultural de la República Checa y, según cuentan los checos, es el lugar de nacimiento de la espeleología europea.
Actualmente se puede visitar un conjunto de cuatro grutas cubiertas de estalagmitas y estalactitas en las que la temperatura no sube de los 5 grados. La más impresionante, y por lo tanto la más famosa, es la cueva de Punkevní. Tras un kilómetro recorriendo laberintos y recovecos, acabas navegando por el fondo del abismo de Macocha. Este cañón, con una profundidad de 138 metros, también se puede ver desde arriba cogiendo el funicular. Aquí comienza el curso subterráneo del río Punkva y el trayecto en barca eléctrica hasta la entrada de la cueva. Las explicaciones son en checo y para nosotros tenían preparada una hojita con los datos en inglés.
Cómo llegar al Karst de Moravia
La mejor forma de llegar hasta el Karst de Moravia es en coche desde Brno o desde Blansko, dependiendo de si en tu ruta vas hacia el norte o hacia el sur del país. Si no viajas en coche, también se puede llegar hasta él en tren y autobús. Nosotros íbamos en dirección sur, así que nos alojamos en un coqueto hotel en Blansko muy barato que está a unos 10 minutos de la entrada al Karst de Moravia.
Entradas para visitar el Karst de Moravia
Si vas en temporada estival, debes reservar las entradas para la cueva de Punkevní por e-mail (info@caves.cz) una semana antes. Nosotros hicimos la reserva para las 9 de la mañana y tuvimos que ir a recogerlas a las 8.20am a Skalní Mlyn, el centro administrativo de Punkevní y Katerinská, las cuevas más conocidas.
Con tus entradas en la mano, debes acercarte a la taquilla de al lado para comprar el ticket del tren (son 2km cuesta arriba que se pueden hacer perfectamente a pie) y el del funicular que te lleva a lo alto del abismo de Macocha (otro camino de 2km que también se puede hacer a pie). Nosotros decidimos comprar solo los transportes de subida y bajar andando.
Aunque nuestra idea inicial era pasar el día visitando las cuevas, lo cierto es que ya estábamos un poco saturados de tanta cueva. El día anterior habíamos visto las cuevas de Javoricko (que también merecen mucho la pena) y ya era suficiente.
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