Las impresionantes y escarpadas formaciones rocosas son la seña de identidad de las ciudades roca Adrspach-Teplice. Además, estas son unas de las más asombrosas de la República Checa. Se encuentran situadas dentro del triángulo formado por el cerro Čáp y los pueblos de Teplice nad Metují y Adrspach, y se extiende a lo largo de 17 km² hasta prácticamente la frontera con Polonia.
Esta reserva natural congrega cada año a miles de turistas atraídos por las curiosas formas de sus rocas y con la idea de perderse por laberintos de piedra caliza con varios metros de altura. La mejor forma de recorrerlas es haciendo una ruta circular que une ambas ciudades roca. Así que prepara un día entero para dedicarlo a esta maravilla de lugar. Nosotros no pudimos hacerlo así, así que dedicamos una tarde a una ciudad roca y la mañana del día siguiente, a la otra.
Ruta por la ciudad roca de Adrspach
En la entrada de la ciudad roca de Adrspach nos dieron un mapa con el recorrido que podíamos hacer y las explicaciones pertinentes en checo. Así que emprendimos el paseo a pesar de que el cielo amenazaba tormenta.
Lo primero que encuentras nada más entrar en la ciudad roca de Adrspach es un inmenso lago rodeado de vegetación y un cañón de piedra. Se puede bordear sin problema, pero nosotros decidimos dejarlo para el final y ponernos manos a la obra con la serpenteante rutilla entre formaciones rocosas.
Seguimos el sendero verde hasta una pequeña cascada. Aquí comienza el ascenso hasta un lago por un sendero amarillo, que además conecta Adrspach con Teplice. Como nosotros llegamos un poco tarde, no pudimos cruzar el laguito en barca. Justo cuando llegamos, se iba la última embarcación (17h) así que nos quedamos sin ver la gran cascada.
Es una buena pateada tanto el tramo amarillo como la segunda parte del verde (el de vuelta a la entrada). Tienen muchas pendientes que se complican con las salientes raíces de los árboles. Sin embargo, el paisaje es espectacular e ideal para recrearse haciendo fotos, si el buen tiempo lo permite, claro.
La ruta está marcada por 20 puntos de interés, todos ellos bien señalizados tanto a lo largo del camino como en el mapa. Muchos de ellos coincidían con esas rocas con formas como la de “el beso” o “el alcalde y la alcaldesa”.
Y aunque Adrspach nos dejó bastante impresionados, Teplice fue la que nos dejó mejor sabor de boca. Puede que porque le dedicamos más tiempo o porque nos hizo mejor día, no lo sé, pero fue la que más disfrutamos.
Recorriendo la ciudad roca de Teplice
En la entrada a Teplice también nos dieron un mapita con una ruta de 6 km marcada. Sin embargo, nosotros habíamos visto por internet que podíamos alargarla un poco más, así que rescatamos el mapa grande que compramos el día anterior, y nos fuimos guiando por él. El resultado final fueron unos 18 km en 5h con un combinado de lluvia y sol bastante molesto, pero mereció bastante la pena por los paisajes tan espectaculares que vimos.
Comenzamos a ascender por el sendero azul y al cabo de uno 500m, nos cruzamos con un sendero amarillo que corresponde a la Garganta del Lobo. Según el mapa, este sendero une Teplice con Adrspach y es el que el día anterior dejamos a la mitad porque no sabíamos hacia dónde conducía.
Seguimos subiendo por el sendero azul hasta las ruinas del castillo de Střmen, una antigua fortaleza defensiva que aprovechaba la complejidad de las formaciones rocosas como ventaja. Para subir a las ruinas y contemplar las formaciones rocosas deTeplice desde arriba, hay unas empinadas escaleras de 300 escalones que te facilitan el ascenso.
Una vez recuperado el resuello (los 300 escalones se notan bastante) continuamos por la senda azul hasta una bifurcación, la garganta de Siberia (llamada así por el frío que hace en ese punto). En realidad da igual qué camino seguir pues ambos empiezan y acaban en ese mismo punto. Sin embargo, como nosotros íbamos a alargar la ruta unos kilómetros más, decidimos coger el tramo de la derecha porque es más corto.
A mitad de camino de esta especie de círculo que no completamos, había otro cruce de caminos. Nosotros nos salimos de la senda azul y seguimos por la verde (esta ya no venía pintada en el mapa que te dan a la entrada). Atravesamos el bosque hasta otro cruce en el que teníamos que seguir por la senda azul. Si continuabas por la verde, dabas la vuelta a toda la reserva de las ciudades roca que debe tener como unos 50km.
Justo cuando atravesábamos el bosque, nos cayó el diluvio universal. Se agradecía estar solo por esos lares, sobre todo porque habíamos tenido un momento de bastante masificación en algunos tramos de la “ruta oficial” como la subida a las ruinas del castillo. Lo que hicimos aquí fue bordear las formaciones rocosas y verlas desde fuera.
Por fin llegamos al último cruce en el que tomamos la senda amarilla, la Garganta del Lobo que comenté al principio. Si la coges hacia la izquierda vas hacia Adrspach (por el camino que ayer dejamos a la mitad porque no sabíamos a dónde conducía) y si la tomas a la derecha (lo que hicimos), desemboca en ese primer cruce que encontramos a los 500m de la entrada al parque.
Cuando llegamos allí, teníamos dos opciones: dar por terminada la excursión o volver a la bifurcación del sendero azul (a la garganta de Siberia) y hacer la otra parte para que no nos quedara nada sin ver. Como íbamos muy bien de tiempo y fuerzas, decidimos hacer lo que nos habíamos perdido, lo que implicaba hacer la “ruta oficial” y unos kilómetros extra.
Durante los 18km que recorrimos, nos encontramos unos paisajes increíbles, subimos hasta miradores con unas vistas impresionantes, trepamos, escalamos, derrapamos… Pasamos un día muy divertido a pesar de que la lluvia nos puso las cosas “difíciles” porque tuvimos que atravesar un par de lagunillas haciendo equilibrios por un tronco si no queríamos empaparnos los pies. Aquí también pudimos ver las famosas caras y formas en las altísimas piedras, aunque para algunas tienes que echarle bastante imaginación. Me recordó mucho al jardín encantado que hay en Cuenca (por lo de las rocas con formas de animales, no por otra cosa). Encontramos una rana, la cara de un indio, una tortuga, un perro, a Carlos IV…
Consejo: nosotros nos alojamos en Penzion Severka, que está justo al lado de la entrada al parque natural de Teplice. Así que nos evitamos un buen madrugón y pagar el párking de la reserva natural.
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3 Comments
Destinos de Europa por descubrir y que dejan huella
25 febrero, 2019 at 11:15[…] República Checa es mucho más que la encantadora Praga y su abarrotado Puente de Carlos. Las ciudades roca Adrspach-Teplice o el Parque Nacional de la Suiza Checa son dos lugares poco conocidos de Chequia por los que bien […]
Arantxa BL
29 diciembre, 2014 at 17:02Guaaaaaaaaaaaaaau!!! :O me ha encantado… Qué ruta más chula, y se ve bien adaptada, aunque en parte sea una jodienda (perdón por la palabra) por eso de que se masifique un poco. ¡Es genial! No había oído hablar de ella nunca, y me he quedado impresionadísima. Una lástima que no pudierais ver la gran cascada…
En fin, que el diseño nuevo también me ha gustado mucho (que aún no te había dicho nada, creo). Y ¡felices fiestas! 🙂
Marta Aguilera
14 enero, 2015 at 13:56La verdad es que es una ruta bien chula y entretenida!! Chequia tiene muchos lugares más allá de Praga 😉 Un abrazo!!