Escrito por Sara Gil Alvera, periodista, viajera, amiga y autora del blog Happy Ganchillo.
Truman Capote dijo que “Venecia es como comerse de golpe una caja entera de bombones de licor”. O lo que es lo mismo, visitarla es gozar hasta el máximo nivel. Yo reafirmo sus palabras: Venecia es alucinante y preciosa, pero sobre todo, es una ciudad única.
Es verdad que por muchas expectativas que te lleves en la maleta de todo lo que te haya contado la gente, Venecia nunca defrauda. ¿Te vienes a recorrerla conmigo?
Índice de contenidos
Un paseo por Venecia
Comenzamos nuestra ruta en Piazza Roma, un lugar que tiene bastante tráfico porque es la única zona que comunica con tierra. Desde aquí salen la mayoría de autobuses hacia la ciudad y los trenes que parten desde la Estación de Santa Lucía. Una vez aquí, cualquier ruta que cojas es válida para dirigirte a ver las dos perlas de Venecia: el Puente Rialto y la Plaza de San Marcos.
Caminar por sus canales y calles estrechitas (eso sí, plagadas de turistas) te hace viajar a un mundo de fantasía que todos creíamos que solo existía en los cuentos. Pues no, señores. Venecia es uno de esos sitios en los que cualquier rincón se convierte en algo único y especial. Sus tiendas de máscaras de carnaval y de cristal de Murano emanan lujo y buen gusto en esos escaparates que son todo un espectáculo.
Después de un ratillo callejeando llegamos por fin al archiconocido Puente de Rialto, el más antiguo de todos los que cruzan el Gran Canal y que toma su nombre del Mercado de Rialto. Merece mucho la pena cruzarlo por las vistas que se tienen del Gran Canal y por pasear entre las tiendecitas que se ocultan en sus laterales. Disfrutar de él tanto de día como de noche son de esas cosas que hay que hacer alguna vez en la vida.
Continuando con el paseo y siguiendo las peculiares señales que nos encontramos por toda la isla, en apenas 10 minutos llegamos a la segunda parada de nuestra ruta, la Plaza de San Marcos, el centro neurálgico de Venecia.
Sus palomas, su Campanille, la Basílica de San Marcos, El Palacio Ducal y el encanto de sus terracitas hacen que sea un lugar muy especial. Eso sí, la subida al Campanille es una visita obligada para disfrutar las mejores vistas de la isla. ¡Impresionantes!
Saliendo de la plaza, justo en la misma fachada del Palacio Ducal, se encuentra el famosísimo Puente de los Suspiros, accesible solo si se entra al Palacio o si se pasa por debajo de él en Góndola. Impresiona saber que su misterioso nombre viene de la época de la Inquisición, ya que era el último tramo que recorrían los presos antes de ser ejecutados.
Si giramos a la derecha, iremos bordeando el Gran Canal hasta que podamos volver a meternos tierra adentro para llegar al Puente de La Academia, que será el que nos lleve hasta Santa María de la Salute, justo al otro lado de la isla. Este es uno de los mejores momentos para tomarse un respiro, sentarse en sus escaleras y disfrutar del ir y venir de los barcos y góndolas que se acercan a San Marcos.
Si tienes la suerte de que caiga la noche, pasear entre los canales y disfrutar del ambiente nocturno de Venecia es un must. En cuanto te alejes un poquito del centro, encontrarás sitios monísimos en los que disfrutar de una deliciosa cena italiana a un precio asequible.
El cristal de Murano y los colores de Burano
Dado que Venecia se ve en poco más de un día, recomiendo sin duda sacar tiempo para visitar dos de sus islas más importantes: Murano y Burano. En una mañana o una tarde puedes disfrutar de su encanto cogiendo la línea 12 del Vaporetto que te lleva a las dos islas en unos 30 minutos.
Murano
La primera parada la hicimos en la isla de Murano, famosa en todo el mundo por su fábrica de cristal de colores. Tiene un museo que se puede visitar en el que te explican todo el proceso de fabricación del cristal. Perderse por sus calles y sus tiendas llenas de coloridos cristales, es un plan ideal para pasar una tarde tranquila alejado del bullicio y las mareas de turistas de Venecia.
Burano
Si volvemos a coger el Vaporetto en media hora surcando los mares llegamos a la discreta y especialísima Isla de Burano. Puede que sea algo más desconocida que su vecina Murano, pero desde mi punto de vista, tiene mucho más encanto. Sus casas de colores y sus pequeños canales hablan por sí solos.
Date el lujo de tomar algo en sus terracitas y disfrutar del ambiente pesquero y romántico que guarda entre sus canales. Además, sus tiendas de artesanía no tienen desperdicio.
Consejos para viajar a Venecia
¿Dónde alojarse?
Si eres de los que cuenta con un presupuesto elevado, aparte de ser un suertudo, podrás disfrutar de los hotelazos que tiene Venecia en la isla. Pero si vas a lo baratillo (como era nuestro caso) la mejor opción es la zona de Venecia Mestre, que cuenta con autobuses que te llevan al centro (el número 2) en apenas 20 minutos.
¿Montar en Góndola merece la pena?
Lo de las góndolas en Venecia es un negocio impresionante. Pagar los 80 euros que cuesta el paseo de 40 minutos por los canales es un abuso, pero sin duda merece la pena porque desde ahí descubres cosas que no son accesibles desde tierra firme.
Uno de mis mejores consejos para viajar a Venecia: si quieres ahorrarte unos euros (como hicimos nosotros) puedes juntarte a algún grupito hasta un máximo de 6 personas por Góndola. Lo de que se puede regatear ya es un mito porque todos tienen la misma tarifa. Ojo que a partir del atardecer, pasa a 100€. ¿Recomendaría el paseo? Absolutamente sí.

Cómo moverse por Venecia
Recomiendo patearse toda la ciudad para que no te pierdas nada. Venecia es preciosa desde los canales pero también desde los puentes. Eso sí, nunca está de más coger un Vaporetto para recorrer distancias un poco más largas por si estamos cansados o simplemente, para disfrutar del paseo por el Gran Canal. Los billetes se venden en estancos, kioskos y algunas tiendas.
Comer en Venecia
A diferencia del resto de Italia, en Venecia no abundan las pizzerías. Tienes opciones para comer algo rápido tipo panini o sándwich, por un precio asequible. Eso sí. Si quieres darte un caprichazo, una cena con vistas al Puente Rialto en el Restaurante que está justo al lado del hotel Marconi (tiene los toldos rojos) será la despedida perfecta para decir un “hasta la próxima” a la bellisima de Venecia
Y hasta aquí, nuestro paso por la alucinante Venecia, uno de esos lugares del mundo al que volverías siempre que tuvieras opción. Nosotros ya nos lo hemos apuntado para el año que viene.
PD: Mil gracias a mi querida Marta por dejarme colaborar en su blog con este post ¡Para mí es todo un honor! Espero que a cambio me siga mandando postales desde cualquier parte del mundo 😉
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9 Comments
Viajes de Primera
30 septiembre, 2013 at 12:54Muchas veces hay que echarle un poco de filosofía a Venecia porque las avalanchas de visitantes pueden hacerte perder la perspectiva… En cualquier caso, encierra tanto arte, tanta Historia y tantas curiosidades que, efectivamente, es imposible que no te seduzca. Ahora que dicen que los Aperol Spritz van a desbancar a los gin tonics (tan de moda), proponemos otro aperitivo para alternar: el Bellini, muy veneciano :). ¡Con uno en la mano brindamos por este completo recorrido!
Marta Aguilera
4 octubre, 2013 at 10:01Sí, lo malo de Venecia son sus aglomeraciones de turistas. Es algo que da muchísima pereza, pero es tan bonita que se lo perdonamos!! 😉
A mí el Aperol Spritz no me gustó demasiado, tendré que probar el Bellini!! Aunque la idea del “aperitivo” en Italia me fascina!!
Un abrazo y brindo yo también! 😉
Sara Gil Alvera
11 octubre, 2013 at 11:14Es cierto que está abarrotada de turistas, pero si para verla y disfrutar de ella tenemos que hacernos unos expertos sorteándolos…¡lo hacemos encantados!
Yo he vuelto de allí enamorada del Aperol Spitz. Tanto, que ya me he comprado una botellita aquí en Madrid para alguna ocasión especial! Me apunto el Bellini en la lista 😉
Calíope VyV
29 septiembre, 2013 at 18:38Venecia es una de las ciudades más bonitas del mundo, llena de palacios increibles, estoy deseando volver. Un saludo.
Marta Aguilera
30 septiembre, 2013 at 10:51¡Yo también estoy deseando volver! A ver si pronto… 😉
Sara Gil Alvera
11 octubre, 2013 at 11:12Nosotros lo tenemos claro. El año que viene volveremos en una escapadita fugaz!
Edu y Eri Viajes
28 septiembre, 2013 at 12:11Cada vez que leemos algo sobre Venecia nos llevan los demonios, es increíble que no hayamos ido allí todavía XD Nos ha encantado tu post y, sobretodo, las fotazos. Cuantísimo color! 😀
Marta Aguilera
30 septiembre, 2013 at 10:50Venecia es una ciudad preciosa, ¡id! 🙂
Sara y su fotógrafo son unos cracks!
Sara Gil
11 octubre, 2013 at 11:10Me alegra un montón que os haya gustado!!:D