Germersheim es el pueblo alemán donde vive mi hermano. Un lugar de nombre impronunciable que apenas sabíamos situar en el mapa. Un sitio al que jamás hubiésemos ido si no fuera porque mi hermano vive allí. Un pueblo cuyo nombre nos costó, a mí y a mi familia, un año y medio aprender a pronunciar.
Harto ya de tener que repetirnos una y otra vez el dichoso nombrecito, decidimos ir a visitarle. Necesitábamos ir allí y aprender a decirlo correctamente. Porque parece que in situ todo se asimila mucho mejor.
Pero bueno, ¿dónde está Germersheim? Está al sureste de Alemania. Justo encima de la famosa Selva Negra y bien pegadito a Francia. A 120 km de Frankfurt y 108 de Stuttgart. ¿Situado? Bueno, pues ya te he dado más datos de los que nos dio mi hermano cuando me dijo dónde se iba a vivir.
Germersheim y la II Guerra Mundial
Aunque mi hermano ya nos había avisado de que no es un pueblo turístico, a mí me gustó mucho conocerlo precisamente por eso. Porque aunque no esté en la lista de los pueblos más bonitos de Alemania, tiene una historia detrás que merece ser conocida y contada.
La prisión de Germersheim
Al finalizar la II Guerra Mundial, muchos nazis fueron encarcelados en la prisión de Germersheim. A ella se adhirieron varios módulos que sirvieron como base militar para los americanos. Antes de ser juzgados, se les sometió a intensos interrogatorios, por lo que la necesidad de traductores era más que palpable. Por este motivo, años más tarde se creó en Germersheim la facultad de traducción e interpretación, que además es una de las más importantes de Alemania.
Esta prisión estuvo en funcionamiento desde 1894 y por ella han pasado presos de las dos guerras mundiales. En 1956 pasó a manos del gobierno federal y se utilizó como taller para carpinteros y cerrajeros. Desde 1999, esta antigua base militar alberga oficinas, asociaciones y una escuela de alemán, que es donde estudia mi hermano.
En Germersheim aún siguen en pie señales de tráfico que indican la velocidad a la que podían circular los tanques y camiones de combate. Indicadores que recuerdan los horrores de una guerra con el fin de que no vuelvan a repetirse.
Un paseo a orillas del Rin
Germersheim está bañada por el río Rin (Rhein como me corrige mi hermano), una de las vías fluviales más importantes de Europa. La zona del río es un campo enorme donde la gente suele hacer barbacoas los fines de semana de verano. Es como su sitio de recreo cuando el frío lo permite. Fue la zona que más me gustó por la tranquilidad que da ver el río fluir y los barcos pasar.
Aunque solo sea por esta pequeña historia, Germersheim merece una pequeña parada si visitas esta zona de Alemania. Como decía al principio, está muy cerquita de la famosa Selva Negra, así como de otros lugares de gran interés turístico como Speyer, Karlsruhe o Heilderberg. Y si tienes muchas ganas de conocer el Castillo de Neuschwanstein, siempre puedes dar un salto a la vecina Baviera y tacharlo de tu wishlist viajera.
Con nuestro paso por Heilderberg y Germersheim pongo punto final a una escapada familiar que además nos llevó a conocer el precioso Castillo de Neuschwanstein. Ya le he dicho a mi hermano que prometo volver pronto a visitarle para seguir conociendo estos pequeños tesoros alemanes.
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6 Comments
Diabarama
17 diciembre, 2015 at 13:05Y la iglesia del Espíritu Santo también has aprendido a decirlo en alemán? 😛 anda que… yo me he quedado en la primera “g”…
No sabía que se hicieran señales de tráfico para carros de combate, vaya tela. Desde luego, un post muy interesante. No hay como tener gente a quien visitar para conocer lugares a los que uno quizá jamás hubiera ido de otro modo.
Marta Aguilera
17 diciembre, 2015 at 13:11Jajajaja, eso lo dejamos para la siguiente visita. Desde luego, qué poco agradecido es este idioma!! La verdad es que sí, te das cuenta de que en cada lugar hay una pequeña historia que merece ser contada 🙂
Lilián Viajera
3 diciembre, 2015 at 20:32Que genial es poder conocer lugares visitando a la Familia, todo tiene un encanto mucho más que especial. Los pueblos se ven bonitos, prolijos, simpáticos. Me ha sorprendido la historia de la Facultad de traducción e interpretación… mirá vos por dónde surge su creación … ¿no?
Gracias por darme a conocer este lugar.
Saludos Viajeros.
Lilián Viajera
krisporelmundo (@krisporelmundo)
2 diciembre, 2015 at 20:00Me ha encantado vuestra escapada familiar, que mejor motivo y excusa que tener un hermano en Alemania para viajar hasta allí. La ciudad donde vive (de nombre impronunciable) ni la había escuchado, pero Heildelberg la conozco y me parece una ciudad de las más bonitas en tierras alemanas.
Un abrazo
belén (mis viajes y sensaciones)
2 diciembre, 2015 at 19:37Se me han puesto los dientes largos con Heildelberg, cuando estuvimos en la Selva Negra tuvimos la posibilidad de hacer unos cuantos kilómetros y plantarnos en esta bonita ciudad, incluso lo llevábamos apuntado. Las fotos muy bonitas, así que me lo apunto para un futuro viaje.
miraim jimenez
27 noviembre, 2015 at 14:03Me gusta mucho tu post
Lo haces muy bien