Cuando alguien me pregunta cuáles son mis recuerdos de Montevideo, siempre respondo lo mismo: el mate, las milongas de los martes, los asados y sus árboles. Y bueno sí, el Palacio Legislativo es un edificio precioso, vaaale.
Recuerdos de Montevideo
El mate es a los uruguayos lo que el picante a los mexicanos o las cañas a los españoles. Es una cultura, una forma de vida. Matean a todas horas: por la calle, en el trabajo, conduciendo, en la rambla, en casa, en clase, de viaje… “Ay ¡qué estrés de mate!”, pensé yo. Pero es como el tabaco: al principio te sabe mal, pero luego no podés dejar de tomar y tomar a todas horas.
Me gustan los árboles montevideanos en invierno. Pasear por las anchas calles de mi barrio (sí, cambié de casa. Dejé el Centro y me fui a Parque Rodó), iguales que las de un pueblito, y ver las hileras de árboles altos, flacos y pelados por el frío invierno sobre un trasfondo gris claro. Es una imagen que nunca voy a olvidar.
Pero posiblemente lo que más echo de menos de aquellas tierras es la carne, además de la pequeña familia que allí dejé. Mientras que en Madrid un buen chuletón de buey te puede salir por unos 30 euros en un restaurante normalito, en Montevideo por 200 pesos (8 euros) comías carne hasta reventar y además la mejor que habías probado en tu vida. Mis recomendaciones: “El viejo Blanes” (cerrado) en Parque Rodó, “Los Yuyos” en El Prado y “La Estada” (cerrado) en Pocitos. Pero sin lugar a dudas, donde más disfrutaba de la comida, la compañía y el mate era en los asados que hacíamos todos los fines de semana. Cualquier excusa era buena para echar unos kilos de carne al asador y compartirlos con tus amigos.
El tango, otro atractivo más de la ciudad. Los uruguayos aseguran que era de Montevideo, los argentinos pelean por su nacionalidad, y había quien decía que era francés. ¿Y qué más da dónde naciera Gardel o de dónde provenga el tango? Lo que nadie discute es que son dos “productos” puramente ríoplatenses y como tales se practican a ambos lados del Río de la Plata. Yo nunca aprendí a bailarlo, pero sí malgasté muchos martes en las milongas de El Pisotón (Tierno Galván 2110 (Minas). Me sentaba en el suelo y solo prestaba atención a los tacos rojos que llevaban muchas bailarinas mientras bebía una copa de vino tinto.
Así pasaba los días en Montevideo, entre mate, árboles y milongas.
Recomendaciones en Montevideo
A mis recuerdos también quiero sumar algunas recomendaciones. Ahí van:
- Empápate de los tópicos montevideanos en un show muy divertido y lleno de sorpresas dentro de un ómnibus gracias a Barro Negro.
- Disfruta del mejor tango y actuaciones en vivo todos los martes a partir de las 22h en El Pisotón (Tierno Galván 2110 (Minas).
- Mercados y mercadillos todos los días en distintos puntos de la capital. Es muy normal entre los montevideanos salir a comprar la fruta y la verdura a los mercados de la calle. Los más turísticos y grandes son el Mercado del Puerto, el de los Artesanos, el de Parque Rodó y el de Tristán Narvaja. Los dos últimos solo los domingos por la mañana.
- Vete de boliches (bares): ‘Living’, en Juan Paullier con Boulevard España. ‘Cabo Bar’ en Boulevard España entre Paullier y Requena. Sus patatas parmesano son más que recomendables. ‘Fun-fun’, en Ciudadela, 1229. ‘El Bacilón’, en Gabriel Pereira, 3242.

- Subir al Cerro de Montevideo y al mirador de la Intendencia.
- Pasear por Parque Rodó.
- Visitar la Rural del Prado (en agosto).
- Disfrutar de la Noche de la Nostalgia (24 de agosto) y sus fiestas organizadas en todos los boliches del país.
- Visitar el Palacio Legislativo.
- Participar del candombe por las calles los domingos por la tarde.
- Disfrutar del mejor cine independiente en cualquiera de las 4 Cinematecas de la ciudad.
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4 Comments
Enric i Celia
9 julio, 2013 at 17:50Nosotros alucinamos con lo del mate, ver a todo el mundo por la calle con el “termo” bajo el brazo…no nos podíamos creer, siempre pensamos que era cosa de los argentinos, y viste tu que los uruguayos son los reyes…! 🙂
Marta Aguilera
10 julio, 2013 at 12:52Lo del mate es un caso digno de estudio!! A mí lo que más me alucinó eran los conductores temerarios que conducían y mateaban al tiempo!!! Es muchísimo más común en Uruguay que en Argentina o al menos de cara al público, jajaja. Los argentinos en sus casas también matearán como locos, supongo.
Un abrazo chicos!!!
Roberto
8 julio, 2013 at 19:35Montevideo huele a mate, lluvia, libros usados, coche viejo… Sabe a asado. Suena a Tango… Desde luego, después de tu entrada apetece muchísimo pasear bajo sus árboles… Gracias por acercarnos una ciudad, para muchos desconocida, pero que parece imprescindible…..
Marta Aguilera
10 julio, 2013 at 12:49Es una ciudad increíble, y ya no sé si soy objetiva o no, pero a mí me conquistó! Un saludo Roberto y gracias por pasarte!!