Cuatro años mas tarde, por fin, la mamá que da nombre al blog se ha animado a asomar la cabeza por sus dominios digitales. ¿El motivo? Concienciarnos sobre la necesidad de contratar un seguro de viajes siempre que pongamos un pie fuera de nuestras fronteras.
Para no convertir este tema en una chapa infumable contando los mil y un motivos sobre por qué es necesario viajar seguro, le he pedido que trate de concienciarnos con una serie de anécdotas sucedidas durante sus viajes. Creo que es la mejor forma de darnos cuenta de que no estamos exentos de accidentes ni enfermedades. El riesgo está ahí, por muy pequeña que sea la probabilidad.
Contratar un seguro de viajes: sí o no
Por cuestiones laborales, mi madre viaja muchísimo acompañando a grupos de farmacéuticos por todas partes del mundo. En sus más de 30 años viajando, se ha encontrado con bastantes casos en los que ha tenido que echar mano de un seguro de viajes. Por eso me ha parecido la persona más indicada para que me ayude en esta campaña de concienciación. Espero que con estas anécdotas te quede claro que salir al extranjero sin contratar un seguro de viajes, ¡no es una opción!
Mamá, bienvenida a tu blog.
Posible apendicitis en Tokio (Japón)
En mi último viaje a Japón, una de las señoras que iba en el grupo enfermó con un posible cuadro de apendicitis. La aseguradora nos puso en contacto con un hospital en Tokio para que le hicieran pruebas. Los médicos no tenían claro que fuera apendicitis por lo que se negaron a operarla. La aseguradora, por su parte, se negaba a que volara a Madrid sin saber qué tenía. No querían correr el riesgo de que la dolencia se agravara en pleno vuelo. La única manera que tenía de poder adelantar su billete de vuelta a España era firmar un descargo de responsabilidad asegurando que volaba bajo su responsabilidad. De esta forma, la compañía corrió con los gastos del traslado a España en preferente para su mayor comodidad.
Caída en Cabo de Hornos (Chile)
Te pongo en situación. Cabo de Hornos es el más austral de los tres grandes cabos del hemisferio sur. Además, es una zona deshabitada. Marca el límite del paso Drake que separa América de la Antártida y une los océanos Pacífico y Atlántico.
Hicimos una expedición de cuatro días al Cabo de Hornos. Una de las señoras que iba en el grupo resbaló y se rompió la rodilla. Durante esos días estuvo con la pierna inmovilizada en su camarote porque no se podía hacer nada hasta llegar a Punta Arenas. La aseguradora tramitó su desembarco en la ciudad chilena y el traslado hasta el hospital. El ingreso, la operación, los traslados y el vuelo de Punta Arenas a Madrid en preferente corrió por cuenta de la compañía de seguros. ¿Os imagináis cuál hubiera sido el desembolso económico de una situación de este tipo en el fin del mundo?
Tropezón en Nueva Orleans (Estados Unidos)
En una de las visitas que hice con el grupo por la ciudad, una de las señoras pisó mal y se rompió un pie. Un pequeño accidente que nos puede pasar a todos paseando por cualquier sitio, fuera de tu país puede suponer un gran agujero en el bolsillo. El dolor de la mujer y ese pie dado la vuelta me obligaron a llamar a una ambulancia para trasladarla al hospital. Tuvieron que operarla y dejarla ingresada.
La aseguradora puso el importe máximo del seguro a disposición de la afectada. El problema es que en EEUU la medicina es tan sumamente cara que no terminaba de cubrir los gastos. Para poder asumir el coste, tuvieron que rastrear entre otros seguros que tuviese contratados porque muchas veces incluyen una pequeña póliza de accidentes. Aún así no fue suficiente y tuvo que pagar la diferencia. Desde entonces siempre aconsejo que si viajas a Estados Unidos, es mejor contratar un seguro de viajes con una cobertura bastante alta.
Problemas gastrointestinales en Delhi (India)
Durante un viaje a India, tuve que acudir al médico en varias ocasiones. Una de ellas por una gastroenteritis para la que tuvieron que pedir un análisis de heces. Y otra por una necrosis en el intestino que mantuvo al cliente ingresado varios días. A veces, los medicamentos que llevamos desde España no surten efecto y hay que acudir al hospital.
Como estas hay muchas más historias que por suerte quedaron en meras anécdotas. Eso sí, gracias al respaldo de un seguro de viajes. Porque aunque sufras un accidente o aparezca una dolencia, sabes que al otro lado del teléfono habrá alguien velando por tu recuperación. Sin mencionar la despreocupación por el agujero económico que puede suponer en tu cuenta bancaria.
Para terminar, un último consejo de madre: es muy importante leer bien la póliza antes de salir de viaje. Conceptos como la repatriación, el traslado de un familiar o el importe de los gastos médicos son solo algunos de los puntos fuertes a la hora de contratar un seguro de viajes.
Más anécdotas viajeras
- Anecdotario: La importancia de un seguro de viajes
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3 Comments
Vicente
3 febrero, 2017 at 11:23Ufff me da miedo lo de los EEUU…voy a ir este verano y la verdad es que con lo caro que es el viaje, el vuelo, el hotel y demás…añadirle un seguro es un extra que no esperaba. Gracias por los consejos Marta.
Marta Aguilera
3 febrero, 2017 at 11:27Hola Vicente! Más vale prevenir que curar. Pero a EEUU hay que ir con seguro siempre, porque una mínima torcedura te puede suponer un gran agujero en la cuenta bancaria. Un saludo y buen viaje!!!
Alicia Ortego
8 junio, 2016 at 14:11Grande la mami!! pues sí, tonterías que se complican, sitios difíciles… está claro 🙂