Cuando cruzas la frontera croata y te adentras en territorio bosnio sabes que algo ha cambiado. Las carreteras, los coches, el paisaje, las casas… todo tiene otro color, otro aroma, otro ritmo. Me dio la impresión de que había entrado en una máquina del tiempo y había retrocedido veinte años.
En las 4 horas de viaje desde Plitvice hasta Jajce, nos dimos cuenta de que los bosnios no conducen mucho mejor que los croatas. Es más, me atrevería a asegurar que lo hacen bastante peor. Son mucho más temerarios e imprudentes en los adelantamientos. Tuvimos varios sustos de esos que te hacen agarrar bien fuerte el volante, cerrar un ojo y qué sea lo que Dios quiera. Camiones adelantando en curvas, coches que te obligan a salirte a la cuneta y adelantamientos tan al límite que casi puedes escuchar el roce de los dos coches. ¡Una locura! Pero a pesar de todo, llegamos sanos y salvos a Jajce.
Jajce, entrada a Bosnia y Herzegovina
Jajce fue nuestra puerta de entrada a Bosnia y Herzegovina y la que nos descubrió que este país balcánico se recupera lentamente. Aquí encontramos las primeras heridas de guerra: edificios abandonados y marcados por el fuego de la guerra de principios de los años 90. La sensación de extrañeza, de curiosidad, de tristeza, de perplejidad y de asombro no nos abandonó a lo largo de nuestro breve paso por el país.
Pensar que la gran mayoría de las personas que nos cruzábamos por la calle, en los bares, restaurantes, comercios… había vivido la guerra, me estremecía. Veía gente de mi edad y trataba de ponerme en su piel de entonces, pero era imposible. ¿Cómo podía ser que mientras yo jugaba en el patio del colegio, en Europa otros niños vivieran entre bombardeos o huyeran como refugiados? ¿Cómo es posible que mientras escribo estas líneas, siga habiendo miles de niños en otras partes del mundo que estén viviendo una guerra?
Aquella noche en Jajce recordé un libro que leí siendo muy pequeña y que me conmovió tanto que se convirtió en mi libro favorito de aquella época: Asmir no quiere pistolas de Christobel Mattingley. Asmir era un niño musulmán que vivía en Sarajevo. Durante la guerra de Bosnia se convirtió en refugiado en casa de su tía Melita en Belgrado y luego en Austria. Cuenta cómo dejaron atrás a su padre y cómo debía ayudar a su madre a cuidar de su hermano. Es un libro muy bonito que te mete en la piel de Asmir y de su familia desde la primera página.
Otro libro que también me vino a la memoria fue La noche detenida de Javier Reverte. Cuando me lo releí a la vuelta del viaje, me dio la impresión de estar cruzando con el protagonista las avenidas de Sarajevo. Es una historia de amor imposible entre un corresponsal de guerra español y una médico bosnia. Una historia a caballo entre la ficción y la realidad pues Reverte basa la novela en sus reportajes de guerra mientras estuvo en Sarajevo.
Qué ver en Jajce
Jajce es un pueblecito muy pequeño. En las pocas horas que pasamos aquí descubrimos que está rodeado de un precioso paraje verde y montañoso. El lugar perfecto para hacer senderismo o montar en bici. También tiene dos lagos donde se puede hacer rafting, montar en canoa o pescar. Finalmente encontramos una pequeña cascada a las afueras.
Jajce nos dio la bienvenida a Bosnia y Herzegovina, y nos guió en nuestras primeras reflexiones sobre la historia de este país. Despertó en nosotros un buen puñado de curiosidades y sentimientos respecto a una guerra que nos tocó muy de cerca sin darnos cuenta.
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14 Comments
angeles
2 junio, 2022 at 3:20que lindo articulo!!
Marta Aguilera
13 junio, 2022 at 10:57Gracias!
Ana Milena
28 febrero, 2022 at 0:44Hola Martha, yo voy a ir a los Lagos Plitvice y de ahí paso a Jajce y luego a Sarajevo en un carro rentado, me preocupa mucho la inseguridad y la manejada hasta Sarajevo (por lo que escribiste me asusta un poco) y luego voy hasta Montenegro (Bahía de Kotor) me puedes ayudar ampliando esto. Pagaste peajes, con que moneda? Mil gracias.
Marta Aguilera
28 febrero, 2022 at 12:10Hola, Ana!
No te preocupes, si vas atenta a la carretera y con precaución, no tendrás ningún problema. Nosotros pudimos pagar cosas en kunas croatas y en euros, pero no está de más cambiar algo de dinero a marcos. No recuerdo si pagamos peajes, siento no poder ayudarte en eso. Espero que disfrutes mucho del viaje.
maria luisa
22 noviembre, 2013 at 20:08muy bonito el articulo te hace sentir q compartes contigo un poco del viaje y a la vez tus sentimiento un beso fuerte se pone al piel de gallina muy bien
Marta Aguilera
27 noviembre, 2013 at 10:29Gracias María Luisa!! 🙂
Sarajevo, la Jerusalem del Este
31 octubre, 2013 at 10:16[…] Pasear por Sarajevo es bastante agradable. Hay una mezcla curiosa entre Oriente y Occidente con solo cruzar una calle, pero parece que nadie se da cuenta. Sin embargo, de lo que es imposible no percatarse es de las heridas de guerra. De la metralla que adorna tristemente las fachadas de muchos edificios en pleno centro sarajevita. Y entonces vuelves a pensar en hace 20 años y a recordar aquellos libros que tanto te marcaron cuando eras una adolescente. […]
sonia
26 octubre, 2013 at 9:42Un artículo precioso Marta! Me puedo imaginar lo que sentiste, cuando estuve en Croacia, en la turistica Dubrovnik, apenas podías ver que había pasado por allí una guerra, pero cuando visitamos el museo de la guerra y vimos las fotos de la ciudad bombardeada la verdad que se te ponían los pelos de punta…
Y vaya con los conductores temerarios, ¿no? Lo tendré en cuenta si viajo a Bosnia… 🙂
Un abrazo,
Sonia.
Marta Aguilera
31 octubre, 2013 at 10:20Cuando se combinan la cercanía geográfica y temporal hace que te replantees muchas cosas. ¿Cómo es posible que todo eso pasara a unos cuántos km de nosotros, en nuestro propio continente?
Quaderns de bitàcola
24 octubre, 2013 at 10:39Bosnia es de esos sitios que no sabes cómo imaginarte, ver el escenario de una guerra tan reciente debe ser un viaje muy diferente; hace unos años visitamos Palestina y vimos lugares y cosas que te hacen reflexionar. Así que: queremos saber más!
Marta Aguilera
24 octubre, 2013 at 11:20Es casi como tocar la historia con la palma de la mano. En según qué lugares la recuperación es más rápida que en otros.
Un abrazo pareja!
casasgredos
23 octubre, 2013 at 23:21Genial el post, enhorabuena.
Rosi
23 octubre, 2013 at 18:33Gracias otra vez “Mochila” la descripcion acerca de Bosnia es excelente, ya tenia noticias de que alli se hace dificil olvidar lo que fue una guerra entre hermanos, se puede decir…tambien llama la atencion que las rentadoras de autos te pidan que el auto lo dejes antes de entrar a algunos lugares de los Balcanes,despierta una sensacion de inseguridad fuerte.Salud por ustedes y los seguirè como siempre…: )
Marta Aguilera
31 octubre, 2013 at 10:22Gracias a ti Rosi por tu comentario!! =)
Para entrar en Bosnia y Montenegro no tuvimos problemas con el coche de alquiler, pero creo que para ir a Belgrado o Kosovo sí que pueden ponerte pegas las empresas de alquiler.
Un abrazo!!