Dicen que Cantabria es infinita, y no seré yo quien diga lo contrario. Hay tanto qué hacer y qué ver que uno no sabe muy bien por dónde empezar. Sus espectaculares paisajes de montaña, los preciosos pueblecitos, los acantilados de infarto que la perfilan sobre el mar Cantábrico o su deliciosa gastronomía son solo algunos de los reclamos de la tierruca.
Con la idea de ponernos ciegos a sobaos, conocer los Picos de Europa y perdernos por algunos de los pueblos más famosos de España, emprendimos nuestro roadtrip rumbo al norte. Cantabria era el destino perfecto para las vacaciones de verano de un año raro.
Así que con la idea de dejar vía libre a la improvisación, nos hicimos una lista de los 10 lugares imprescindibles que ver en Cantabria y ¡nos dejamos sorprender!
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¿Qué tengo que ver en Cantabria?
No fue una tarea sencilla elegir qué ver en Cantabria. Nos pasaba lo de siempre: pocos días y demasiados sitios en las listas de recomendados. Sin embargo, he conseguido hacer una humilde selección de los 10 lugares que no puedes perderte si viajas a la tierra de la anchoa y los sobaos. ¿Me acompañas?
1. Castro Urdiales, la villa marinera
Es una bonita ciudad costera localizada en la parte oriental de Cantabria. Y aunque la actividad pesquera ya no es el principal sustento de este lugar, el aire marinero se sigue respirando por sus calles. Castro Urdiales es la combinación perfecta de playas, monumentos, gastronomía y un bonito entorno. Con razón es el lugar de veraneo preferido para muchos españoles.
Mi recomendación es muy sencilla: déjate llevar. Pasea por el rompeolas para tener una buena vista de la iglesia de Santa María y el Castillo medieval. Cruza el puente de piedra y sube hasta la ermita de Santa Ana. Disfruta del paseo marítimo, párate a contemplar el puerto salpicado de veleros o siéntate en alguno de sus restaurantes a degustar un buen pescado.
2. Liérganes, bonito y discreto
Atravesada por el río Mieres, esta localidad pasiega es famosa por la leyenda del hombre-pez. Esta fábula cuenta la historia de Francisco de la Vega, que en 1674 desapareció mientras se bañaba en las aguas del río Miera (desemboca en el Cantábrico). La leyenda cuenta que apareció años más tarde en las costas de Cádiz, donde unos pescadores atraparon a una extraña criatura: un hombre con escamas y forma de pez.
Pero leyendas aparte, Liérganes es considerado uno de los pueblos más bonitos de España y un imprescindible que ver en Cantabria. Uno de los grandes atractivos de esta localidad es que está asentado a la sombra de dos montañitas: Marimón y Cotillamón, conocidas popularmente como “Las Tetas de Liérganes”.
Merece mucho la pena pasear por la parte vieja con sus calles empedradas y las casonas con los balcones repletos de flores. Aquí, lejos de encontrar tenderetes repletos de souvenirs, nos topamos con sencillas tiendas que venden productos locales. ¡Una maravilla!
3. Santillana del Mar y la cueva de Altamira
Cuando le comenté a mi abuelo que iríamos a Santillana del Mar, lo primero que me dijo es que es una ciudad mentirosa, porque ni es santa ni es llana ni tiene mar. Sin embargo, habrá que perdonarle este embuste porque es un lugar precioso. De hecho es uno de los pueblos más bonitos (y turísticos) de España, ¡de eso no hay duda!
Es una de las localidades de mayor valor histórico-artístico de España, siendo considerada como un monumento en sí misma. Su casco histórico se estructura en torno a dos calles principales: Carrera y Juan Infante, que desembocan en la Colegiata de Santa Juliana.
Recorrerla a pie es imprescindible para admirar en toda su plenitud la belleza de sus calles y edificaciones medievales. Otros dos edificios bastante importantes dentro de su conjunto monumental son las torres de Merino y don Borja (hoy sede de la Fundación Santillana), dos de los edificios civiles más antiguos de la localidad.
No se puede hablar de Santillana del Mar y no hacer mención a la Cueva de Altamira. Calificada como la “capilla sixtina” del arte rupestre, esta cavidad contiene las pinturas prehistóricas más famosas del mundo. Desde su descubrimiento en 1868 por Modesto Cubillas y su posterior estudio por Marcelino Sanz de Sautuola ha sido excavada y estudiada por los principales prehistoriadores hasta la actualidad.
Durante el siglo siguiente a su descubrimiento, la afluencia de visitantes fue tal que los científicos se comenzaron a inquietar ante un posible deterioro de las pinturas. Por ello, en 1979 la cueva de Altamira echó el cierre definitivo al público con la intención de preservar su valioso contenido. En 1982 se reabrió con un régimen de visitas restringido a 8.500 visitantes anuales. No fue hasta 2001 cuando se creó una réplica exacta de la cueva para el disfrute de los visitantes.
4. Comillas, el capricho de Cantabria
Esta coqueta población es, sin ninguna duda, uno de los rincones cántabros más visitados. Lejos de quedar eclipsada por su vecina Santillana del Mar, Comillas tiene un gran atractivo para los visitantes: su conjunto monumental está enmarcado por un espectacular entorno natural y paisajístico. Un reclamo ineludible para cualquiera que ponga un pie en Cantabria.
Comillas es la ciudad más modernistas fuera de Cataluña. Artistas como Gaudí, Martorell o Llimona dejaron impresa su huella en esta localidad. El Capricho, la Universidad Pontificia, el palacio de Sobrellano son solo algunos ejemplos de las joyas arquitectónicas de Comillas.
Si lo que quieres es comer bien, te recomiendo dos lugares. Por un lado la marisquería Adolfo para degustar un sabroso arroz con bogavante. Por otro, el restaurante-mirador del hotel Joseín, donde las impresionantes vistas que hay desde el salón conjugan a la perfección con el buen pescado que sirven.
5. San Vicente de la Barquera
Su excelente situación geográfica, lindando con Asturias, le ha convertido en uno de los destinos turísticos preferidos en la región. Uno de los pueblos que hay que ver en Cantabria sí o sí.
Esta villa marinera no tiene tanto interés monumental como Comillas o Santillana, pero su centro histórico está lleno de encanto. En él encontramos la iglesia de Santa María de los Ángeles, el castillo desde el que se tiene una panorámica preciosa de San Vicente de la Barquera con los Picos de Europa como telón de fondo y los restos de la muralla. Otro elemento clave de esta localidad son los puentes, punto de acceso al centro de la ciudad.
6. Cueva de El Soplao
“El soplao” es un término minero que alude al aire que se percibe al calar una galería desde otra con menos oxígeno. De ahí viene el nombre de esta famosa cueva cántabra.
La cueva El Soplao fue descubierta a principios del siglo XX con motivo de la explotación de las minas de La Florida. Está considerada una de las grandes maravillas de la geología, ya que atesora un auténtico paraíso de espeleotemas (excéntricas, estalactitas, estalagmitas, coladas, columnas…).
Hay dos formas de visitar El soplao:
- Visita turística. Este recorrido dura 1h y tiene una accesibilidad del 90%. Se llega a la cueva en un tren minero. Una vez en la cueva, se hace un circuito a pie por las galerías y salas de La Gorda, Los Fantasmas, Mirador de Lacuerre, Centinelas y Ópera.
- Turismo aventura. Su duración es de casi 3h y es una fantástica manera de conocer en profundidad el mundo subterráneo. Los visitantes recorren a pie las galerías de Campamento, El Órgano, El Bosque, entre otras, pasando por el suelo original y zonas menos accesibles de la cavidad.
Nosotros hicimos la de Turismo Aventura y realmente merece la pena. Te dan equipamiento para que no dejes restos de fuera dentro de la cueva. Una experiencia muy recomendable si no sufres claustrofobia.
7. Mirador de Santa Catalina, el balcón de La Hermida
Asentado sobre las ruinas del castillo medieval de la Bolera de los Moros, el balcón de Santa Catalina es uno de los miradores más espectaculares de Cantabria. Desde arriba tienes una excelente vista del tramo más profundo de la garganta de La Hermida, con los Picos de Europa de fondo.
Este mirador se creó en 1999 en el monte Santa Catalina. Para llegar hasta él hay que coger un desvío entre los pueblos de Piñeres y Cicera. De ahí sale una carretera que atraviesa un bosque y te lleva justo hasta el mirador.
8. Potes, cuna del turismo activo
Gracias a su situación geográfica, Potes es otro de esos pueblos que hay que ver en Cantabria. Pasear por las callejuelas del centro histórico es un verdadero placer para la vista. Los cuidados caserones, los puentes de piedra, el suelo empedrado… conservan el encanto de Potes.
Ubicado en la confluencia de los cuatro valles de la comarca de Liébana, Potes está rodeado de montañas por lo que el turismo activo es uno de sus grandes reclamos. Su cercanía a los Picos de Europa hace que sea un buen punto de partida para actividades como el senderismo, la escalada, la bici de montaña, el esquí de travesía, etc. Otro de sus grandes atractivos es la gastronomía. El cocido lebaniego o la caza son los platos estrella de esta zona de Cantabria.
9. El teleférico de Fuente Dé
A 24 kilómetros de Potes encontramos el teleférico de Fuente Dé, la mejor opción para los que quieran disfrutar de los Picos de Europa sin despeinarse o hacer rutas en el parque nacional. Sin duda, uno de los lugares que hay que ver en Cantabria para que el viaje sea redondo.
Este cable te lleva hasta un precioso mirador conocido como el balcón de los Picos de Europa. Un sitio perfecto para hacer un picnic con vistas, contemplar las aves y disfrutar de la naturaleza en estado puro. Yo recomiendo no quedarse ahí apalancado y salir a explorar la zona por alguno de los senderos señalizados. Nosotros decidimos comprar solo el funicular de ida y bajar a pie por la ruta de los Puertos de Áliva.
¡Consejo! Si vas en verano, ármate de paciencia porque hay verdaderas colas para subir. Nosotros cogimos número y nos fuimos a ver Potes porque teníamos una espera de 3 horas. Y si decides hacer alguna ruta por arriba, más vale que subas a primera hora de la mañana si no quieres que te coja el sol de mediodía.
10. Poblado cántabro de Argüeso
Esta visita la hicimos por casualidad. No teníamos ni idea de lo que era un poblado cántabro ni de lo que nos íbamos a encontrar. Pero lo vimos señalizado en la carretera y nos picó mucho la curiosidad. Así que nos desviamos para visitar el poblado cántabro de Argüeso.
Este parque arqueológico es una recreación de la vida cotidiana de los pueblos cántabros durante la Edad del Hierro. El nivel de detalle es increíble, ya que está basado en excavaciones y en el estudio de la vida de los antiguos habitantes de Cantabria.
La visita es guiada y dura más de 1 hora, aunque puedes irte e incorporarte en cualquier momento. Se basa en ir pasando por las cabañas, que están construidas exactamente igual que antaño. Para ello han utilizado materiales como arcilla, agua, piedra y techos vegetales. Una clase de historia muy entretenida y diferente. Además, también hacen actividades para que los más pequeños aprendan jugando.
Y hasta aquí mis 10 lugares imprescindibles que ver en Cantabria. Sé que me quedaron muchas cosas en el tintero como la zona de costa y sus increíbles playas y acantilados, pero… ¡somos más de montaña! Eso sí, para la próxima vez que vuelva a la tierruca, tengo pendiente conocer la zona este y el interior.
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13 Comments
Pilar
18 julio, 2022 at 20:05Hola,pues si gusto el pueblo cántabro también tenéis uno en Cabezón de la Sal muy interesante y un monte de secuoyas y la preciosa ruta de los faramontanos y para descansar y comer el parque de SaLucía ucia, sobre todo si hace mucho calor,,
Marta Aguilera
19 julio, 2022 at 10:50Hola! Muchas gracias por la recomendación 🙂 Tomo nota para mi próxima visita a Cantabria. En el bosque de secuoyas sí que estuvimos y nos gustó mucho 🙂 Un saludo!
maria jesus
8 febrero, 2021 at 13:22Me han dicho que es muy bonito de ver el Faro del Caballo en Santoña, pero que hay que andar casi 3 horas y unas escaleras. Hay un barco que hace una ruta desde santoña y desde laredo.
La pregunta es si se puede bañar desde el barco y se puede parar a ver el faro y te recogen luego.
Tenemos niños pequeños.
Marta Aguilera
8 febrero, 2021 at 17:13Hola! Siento no poder ayudarte con esa información porque no conozco ese recorrido. Pero lo apunto para mi próxima visita a Cantabria porque tiene muy buena pinta 🙂
Antonio
9 agosto, 2020 at 12:19Yo aconsejaria visitar un pueblito que esta camino de Barcena Mayor, aunque hay que desviarse un poco antes, que se llama Carmona, no no me he vuelto loco y es de Sevilla este es otro Carmona, es muy chiquito pero tiene varias cosas que ver, entre ellas el monumento a la vaca Tudanca, y varias casas tipicas cantabras.
äNä
2 junio, 2018 at 18:58Hola Marta!!
Me han gustado mucho tus top10 cántabros…pero como dicen por ahí…no puedes dejar de visitar Bárcena Mayor, es un pueblo precioso…y el cocido buenísimo.
También quería comentarte que el dato del cierre definitivo de las Cuevas de Altamira no es correcto, sé que estuvieron cerradas un tiempo, pero luego se volvieron a abrir al público (restringiendo el número de visitantes al año). De hecho a principio de los 90 yo las visité con un campamento de verano (era una cría, pero hay sensaciones que tengo grabadas en la memoria, y la bajada a la cueva es una de ellas).
Desde el 2015 se permite la entrada a la cueva de 5 personas a la semana (creo que se sortea la entrada entre todas las personas que durante esa semana hayan acudido al museo). Así que todavía hay afortunados que pueden visitar esa maravilla!!! 🙂
Marta Aguilera
4 junio, 2018 at 17:53Hola!! Muchas gracias por el comentario y el aporte. ¡Ya lo he modificado! Un saludo 🙂
Jorge Pariente Moronta
28 mayo, 2018 at 9:29Muy bonito este reportaje de Cantabria, que merece una y mil visitas. Hay lugares que aún no conozco, como el poblado de Argüeso, que espero ver, o como la visita de aventura a El Soplao que de seguro merece la pena.
Por cierto, en otra vez que vayáis acuérdate de pasar por Bárcena Mayor, en Cabuérniga. Es pequeño, muy guapo, y se come un buen cocido montañes.
Saludos cordiales. Jorge
Marta Aguilera
28 mayo, 2018 at 10:57Muchas gracias por tu comentario, Jorge! Cantabria nos encantó y te animo a visitar esos sitios, ¡te gustarán! Estuvimos en Bárcena Mayor, pero había tantíiiiiisima gente que estuvimos un ratito nada más. YA sabes, en agosto todo está hasta arriba! Pero nos gustó lo poco que vimos 🙂 Un saludo!
Cris- Un planeta por viajar
2 mayo, 2018 at 19:32Cantabria es una maravilla, me alegra que digas que la la visita Turismo aventura en el Soplao merece la pena, porque nosotros nos quedamos con muchas ganas de hacerla…otra vez será
¡Saludos!
Marta Aguilera
4 mayo, 2018 at 12:15Jejeje, pues tendréis que volver a hacerla! Merece la pena y es muy interesante!!! 🙂
Delia H.
28 enero, 2018 at 8:36No conocia ni el mirador ni el poblado así que lo anoto para nuestra siguiente visita a Cantabria
Marta Aguilera
6 febrero, 2018 at 9:49¡No deben faltar en tu próxima visita! 🙂 El poblado es muy interesante y el mirador tiene unas vistas de infarto!