Fundada en el siglo IV a.C. por los Ilirios, Berat es considerada la ciudad más antigua de Albania. Pero también es una de las más bonitas y con más encanto del país. Esto se debe a que en sus más de 2.000 años de historia, diferentes civilizaciones han dejado su huella cultural y arquitectónica en Berat, transformándola en una de las ciudades más bellas de Albania.
Durante la Edad Media, los otomanos conquistaron Berat y desde aquí se movieron por todo el país hasta hacerse con él. Ellos fueron los responsables de sus preciosas fachadas blancas salpicadas de ventanas. De ahí que se la conozca como “la ciudad de las mil ventanas” y “la ciudad blanca”.
Es muy fácil caer rendido al encanto de sus fachadas encaladas y desordenadas, de sus pintorescas callejuelas empedradas o de sus miradores a la vuelta de la esquina. De hecho, en 2008 su casco histórico fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Sin ninguna duda, es una parada obligatoria en tu paso por Albania.
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Qué ver en Berat
La mejor forma de conocer Berat es caminarla. Perderte por sus empinadas callejuelas empedradas, descubrir pequeños miradores y empaparte bien de su historia gracias a los museos, mezquitas e iglesias. Pero antes de nada debes saber que esta ciudad albanesa tiene la curiosidad de poseer tres cascos antiguos:
- Mangalem se encuentra a los pies del castillo.
- Gorica es el barrio que está al otro lado del río Osum, frente a Mangalem.
- Kalaja es la pequeña ciudad dentro de las murallas donde está el castillo.

Esta bonita ciudad está dividida por el río Osum (a la derecha se encuentra Mangalem y Kalaja y a la izquierda Gorica) y unida a su vez por dos puentes: el Gorica, que es uno de los más antiguos de Albania, y el suspendido. Si quieres conocer más en profundidad esta preciosa ciudad, te recomiendo que te apuntes a su free tour en español. Es una buenísima oportunidad para conocer lugares imprescindibles de la ciudad albanesa.
Castillo de Berat en Kalaja
Este bastión es el monumento más importante de Berat. Se encuentra en lo alto de la colina, en el barrio de Kalaja, desde donde hay unas vistas espectaculares de la ciudad dividida por el río Osum. Está rodeado de una muralla y es una de las pocas fortificaciones del país cuyo interior sigue habitado. Sin duda, uno de los lugares más importantes que hay que ver en Berat.

Además de poder contemplar la ciudad desde diferentes ángulos, aquí encontrarás el Museo Nacional de Iconos de Onufri y la iglesia de la Santísima Trinidad (es ortodoxa). Dos lugares que no te puedes perder ya que subes hasta aquí. Nosotros encontramos ambos cerrados, así que mira los horarios de apertura para planificar bien la visita. También puedes contratar una visita guiada por el Castillo de Berat y el museo de Onufri, lo que te permitirá profundizar mucho más en su historia.

Mangalem, el barrio otomano
Se localiza a los pies del castillo y es la zona más vistosa y llamativa de Berat. Este barrio es una maraña de empinadas callecitas de piedra, de pequeños comercios, viviendas y restaurantes. Está construido en la ladera de la colina, y da la impresión de que todas las casitas, con sus miles de ojos, están montadas unas sobre otras.

Es la parte más otomana de Berat y es que antiguamente aquí se concentraba la comunidad musulmana. Sus tres mezquitas y sus casitas tradicionales es de lo más visitado de Albania. Desde el puente suspendido es desde donde puedes sacar la mejor fotografía de este barrio y desde donde te darás cuenta del sentido que tiene que Berat sea conocida como “la ciudad de las mil ventanas”.
Gorica, el barrio cristiano ortodoxo
Se encuentra justo al otro lado del río Osum y da la impresión de ser el reflejo de Mangalem. Tras la conquista otomana, este barrio se convirtió en la zona cristiana. Es la parte más tranquila de Berat y mi recomendación para pasar la noche. Porque sí, hay que hacer al menos una noche en esta preciosa ciudad para poder disfrutarla tanto de día como de noche. Nosotros nos quedamos en el hotel Ajka, que tiene una gran terraza para desayunar al aire libre y disfrutar de las vistas de Mangalem. También tiene párking, lo que es una ventaja si estás de roadtrip por Albania.

Además de perderte por sus callejuelas, te animo a dar un paseo tranquilo por la orilla del río y llegar hasta el puente Gorica. Además, a este lado del río también hay un restaurante que merece mucho la pena probar: Antigoni. Tiene terraza y unas vistas estupendas de Mangalem.
Puente Gorica
Es otro de los lugares que hay que ver en Berat y uno de los mejores ejemplos de arquitectura otomana de la ciudad. En 2015 entró en un proyecto de restauración promovido por el gobierno de la ciudad cuyo objetivo es preservar los monumentos históricos.

El puente Gorica es uno de los más antiguos y populares de Albania y cada día es utilizado por cientos de turistas y locales para pasar de Mangalam a Gorica y viceversa. Al ser solo de uso peatonal, la construcción del puente suspendido, ha reducido significativamente su uso, pero aún así merece mucho la pena acercarse hasta ahí y cruzarlo en un sentido u otro.
Bulevardi Republica
Es la calle principal de Berat y se encuentra en la parte baja de Mangalam. Este bulevar lleno de vida nace, más o menos, a la altura del puente suspendido y llega hasta el estadio Tomori. Transcurre en paralelo al río Osum y está flanqueado de árboles, comercios y pequeñas terrazas donde sentarte a tomar algo. Además, puedes aprovechar el paseo para acercarte a la catedral ortodoxa, el templo ortodoxo más importante de Berat.

Que ver a las afueras de Berat
Tanto si llegas a Berat después de pasar unos días en la zona de playas, como si estas son tu siguiente destino tras visitar esta bonita ciudad, te propongo dos paradas intermedias. Aunque hay mucho que ver en Berat, en sus alrededores también se encuentran grandes joyas cargadas de historia, como el yacimiento de Apolonia y el monasterio de Ardenica. Si no dispones de coche y no te cuadran los horarios del transporte público, puedes contratar esta excursión guiada que te llevará a conocer ambos lugares.
Yacimiento de Apolonia de Iliria
A menos de 80 km de Berat, se encuentra Apolonia, el mayor yacimiento arqueológico de Albania. Esta antigua ciudad de origen griego se fundó en el siglo VI a.C. y tiene una extensión de 80 hectáreas. Se encuentra en perfecto estado de conservación y aunque apenas se puede ver un 10% de lo que fue este interesante centro cultural, es muy interesante de visitar. Eso sí, no hay sombras así que ve preparado con protección solar, gorra y agua.

La prosperidad de esta antigua ciudad de unos 60.000 habitantes se debe a su localización. Al situarse sobre dos colinas, era fácil de defender. Además, se encontraba junto a dos ríos, lo que le otorgaba el privilegio de tener un puerto fluvial. Por último, estaba levantada sobre un terreno perfecto para el cultivo y la ganadería.
Este lugar, conocido como la pequeña Atenas de Albania, fue descubierto por los franceses León Rey (entre 1920 y 1930) y Pierre Cabanes (entre 1990 y 2000). A lo largo del recorrido hay bastantes paneles explicativos que te ponen en situación sobre lo que estás viendo. carteles explicativos ayudan mucho a recorrer la zona y a hacerse una idea de cómo fue la ciudad.

Dentro del yacimiento se puede ver el centro político de Apolonia que cuenta con el Odeón (teatro cubierto), el Bouleuterión (vestigio más importante del lugar que albergaba el consejo de la ciudad) y el arco del triunfo. Los dos primeros son los restos mejor conservados del conjunto arqueológico.
Aquí también se encuentra la iglesia de la Virgen Theotokos. Data del siglo XII y destaca por su arquitectura de estilo bizantino y su claustro de columnas. En el piso superior, hay un museo que se puede visitar donde está el iconostasio, uno de sus mayores tesoros. En la parte exterior están expuestas las estatuas y otras piezas de mayor volumen.
Monasterio de Ardenicë
Sin tener que desviarte de tu camino entre Berat y Apolonia, no te pierdas el monasterio de Ardenicë. Es uno de los monumentos ortodoxos más bonitos de Albania y está dedicado a San Theotokos. Aquí se celebró la boda de Skanderberg con Donica Arianiti en 1451. Fue un matrimonio de conveniencia, una alianza entre clanes. Él le doblaba la edad.

El complejo está rodeado de altos muros y en su interior se encuentra la capilla de la Trinidad, una casa de huéspedes (konak), establos, un molino de aceite, una panadería y la iglesia principal.
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