El patrimonio histórico, monumental, gastronómico y cultural de León la convierten en una de las ciudades con mayor reclamo turístico del país. Lugares como la Catedral, la Basílica de San Isidoro, o el Parador, su estratégica situación como paso obligado del Camino de Santiago o sus excelentes platos como el botillo o el cocido maragato, son solo algunos de los motivos por los que una visita a León no es suficiente.
Para nuestra primera vez en León decidimos alojarnos en el Hostal de San Marcos, uno de los hoteles de gran lujo de la red de Paradores junto con el de Santiago de Compostela. Este Parador no es solo una de las grandes joyas arquitectónicas de León, sino uno de los monumentos más importantes del Renacimiento español gracias a su imponente fachada.
Historia del Parador de León
Los orígenes del Parador de León, que también se conoce como Hostal o Convento de San Marcos, se remontan al siglo XII, cuando la infanta Sancha de Castilla, hija de Alfonso VII, donó una gran cantidad de dinero para la construcción de un edificio que hospedara a los peregrinos del Camino de Santiago y a los más desfavorecidos.
Pero no es hasta el siglo XVI cuando se construye el edificio de estilo gótico-plateresco que podemos ver hoy en día. Esto fue posible gracias a los 300.000 maravedíes que donó Fernando el Católico con el objetivo de albergar en el nuevo edificio la sede principal de la Orden Militar de Santiago. Los arquitectos que participaron en el proyecto fueron Juan de Orozco, que se encargó de la iglesia; Martín de Villarreal, que llevó acabo la fachada, y Juan Badajoz el Mozo, que diseñó el claustro y la sacristía.
Desde que en 1836 (con la Desamortización de Mendizábal) el Convento de San Marcos dejara de utilizarse como tal y hasta que en 1964 se inaugurara como Parador Nacional, este emblemático edificio pasó por diversos usos: desde una escuela veterinaria, hasta un hospital penitenciario o una casa de misiones de la Compañía de Jesús.
Además, ha jugado un papel muy importante en la historia de España. En el siglo XVII, el Convento de San Marcos fue una prisión y Quevedo uno de sus “huéspedes” más ilustres. Su encarcelamiento, que duró cuatro años por orden del Conde-Duque de Olivares, le sirvió para escribir los últimos capítulos de Vida de San Pablo, Constancia y paciencia del Santo Job y la Providencia de Dios. Otro de sus momentos reseñables fue durante la Guerra Civil y la posguerra. En esta época se convirtió en un campo de concentración de prisioneros republicanos, siendo uno de los establecimientos represivos más severos y saturados de la España franquista entre 1936 y 1940.
El conjunto de San Marcos es una de las obras más sobresalientes del Renacimiento hispano. La fachada labrada es de estilo plateresco, mide 100 metros y está formada por un amplio lienzo de muro que alberga medallones con personajes greco-latinos y de la Historia de España como Hércules, Alejandro Magno, Trajano, Isabel la Católica, el Cid, Fernando el Católico, entre otros. Está rematada por una torre palaciega coronada por la gran cruz de Santiago.
El interior del Parador tampoco se queda atrás. Es prácticamente una pieza de museo con sus señoriales salones, su impoluto claustro y una espectacular Sala Capitular con un techo de artesonado mudéjar.
Alojarse en el Parador
Pasar un fin de semana en el Parador de León es una muy buena alternativa para conocer un poquito más sobre la historia de este lugar, ya que suelen hacer interesantes visitas guiadas a los huéspedes de forma gratuita.
El Parador se encuentra a 10-15 minutos del centro, por lo que es el refugio perfecto para los que huyen del estrés diario o para una escapada romántica.
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Para esta escapada hemos contado con la cesión de un Opel Insignia gracias a la colaboración de Opel.
Breve pero intenso, aunque una mención diciendo Alfonso VII de León (emperador por cierto), habría prestado. Al indicar lo de su hija Sancha, ayuda a que la gente siga con ese error de que León es Castilla. Esta nació de un condado leonés, así que tamaña confusión es como dar llamado brasileño, a un portugués.
Recalaibus e gracies!
[…] un nuevo post de Marta, de La Mochila de Mamá, viajamos hasta León, una ciudad con una gran riqueza cultural, arquitectónica y gastronómica, […]
muy bien, dan ganas de alojarse en el Parador