Después del recorrido arquitectónico por Bilbao tenía ganas de seguir conociendo Vizcaya, así que animé a mis amigos a darnos una vueltecita por la provincia a ver con qué nos sorprendía. Las constantes amenazas de lluvia y algún que otro chaparrón no impidieron que disfrutásemos de las tres localidades que visitamos.
Empezamos la ruta en Bermeo, un pintoresco pueblecito pesquero al norte de Bilbao perteneciente a la Reserva de la Biosfera de Urdaibai en la comarca de Busturialdea. Uno de los mayores atractivos turísticos de esta localidad vizcaína es San Juan de Gaztelugatxe, un lugar precioso al que espero poder acercarme con mejores condiciones climáticas. Este islote, unido a la península por un estrechito puente con más de 200 escalones, está coronado por una ermita y ofrece unas impresionantes vistas del Cabo Machichaco. E intuyo que las puestas de sol desde ahí deben ser impresionantes.
Lo que sí hicimos, a pesar de las inclemencias meteorológicas, fue disfrutar de un agradable y tranquilo paseo por su casco antiguo. Lo que más nos gustó fue el puerto viejo con sus alineadas embarcaciones y rodeado por las coloridas casas de pescadores. No solo es uno de los más importantes del País Vasco, sino que además tiene la flota de pesca de bajura más destacada de la región.
Ya en el casco, nos llamó la atención que una de las dos torres de la iglesia de Santa María de la Asunción estaba a medio terminar y le faltaba el campanario. Esta iglesia de corte neoclásico se construyó para reemplazar a la antigua iglesia de Santa María de la Tala (donde hoy en día se encuentra el hospital psiquiátrico de la localidad) que tuvo que ser derruida por el mal estado en el que se encontraba.
Abandonamos la costa cantábrica y nos dirigimos hacia el interior de la provincia en dirección a Gernica. Este lugar es famoso por el bombardeo que hubo allí durante la Guerra Civil y por el cuadro de Pablo Picasso que recibe el nombre de la localidad que lo inspiró y que es el homenaje del antibelicismo por excelencia.
Este municipio se encuentra en el valle del río Oka a orillas de la ría de Gernica, en pleno corazón de la Reserva de la Biosfera de Urdaibai. Aquí teníamos previsto comer de pintxos pero antes fuimos en busca del árbol de Gernica. Y es que este árbol, situado en la Casa de Juntas de la ciudad, tiene su historia. Resulta que bajo su sombra se estuvieron redactaron las leyes de Vizcaya hasta 1876, y hoy en día es donde juran su cargo los Lehendakaris (Presidentes) del Gobierno Vasco.
Después de comer pusimos rumbo a nuestro último destino: Lequeitio. Cogimos la carretera en dirección al golfo de Vizcaya y salimos de la Reserva de la Biosfera de Urdabai para adentrarnos en a la comarca de Lea Artibai.
En sus orígenes, Lequeitio fue un pueblo fundamentalmente pesquero, pero desde hace unos años el turismo se ha convertido en su principal fuente de ingresos. Y no es de extrañar pues tiene atractivos más que destacables como la Basílica de la Asunción de Nuestra Señora o la bahía formada por la ría del Lea y la isla de San Nicolás.
La basílica, de estilo gótico, se alza majestuosa sobre el puerto de la ciudad. No pudimos visitarla porque estaba cerrada pero parece ser que su interior merece mucho la pena por su retablo mayor también de estilo gótico.
A la pequeña isla de San Nicolás se puede llegar andando si la mar está baja o a nado si está alta. Nosotros tuvimos la suerte de que estaba baja a pesar del temporal y nos acercamos hasta ella. Después de hacer varias fotos y mojarnos a base de bien, nos dimos cuenta de que la marea estaba empezando a subir y tuvimos que salir de allí sorteando pequeños charquillos para no calarnos los pies.
Y con este pequeño acercamiento a la provincia de Vizcaya solo puedo decir que espero regresar muy pronto por allí y hacer un recorrido en condiciones y con mejor tiempo a poder ser.
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*No dudéis en conocer un poco más sobre la gastronomía vasca y los batzokis.
Naturaleza y Viajes: Costa de Vizcaya
8 Comments
errotatxo
16 febrero, 2013 at 15:04No te vayas de esa zona sin ver mundaka y el antxove
Cristina E. Lozano
28 enero, 2013 at 18:13Me encanta tu tour por Vizcaya. San Juan es un clásico que siempre sorprende y no cansa de más. Solo 230 escaloncitos de nada (y si está despejado hasta se ve la peña de Santoña). La próxima vez, si puedes, acércate hasta Elantxobe, un pueblo construído en un acantilado en el que a los autobuses les han tenido que construir una plataforma giratoria, ¡para que puedan llegar y dar la vuelta! Digno de ver.
Marta Aguilera
28 enero, 2013 at 18:22A San Juan estuvimos a punto de ir este fin de semana, pero amaneció nublado y pensamos que era mejor verlo con buen tiempo… al final hizo un solazo increíble jajaja. ¡No acertamos! Me apunto Elantxobe para la próxima vez, que al ritmo que llevo, estoy yendo cada dos meses 😛
Elena
26 enero, 2013 at 18:58Quería decir que habría pensado en ir sólo a Bilbao y dejado el resto… 😉
Marta Aguilera
26 enero, 2013 at 19:41Elena, Vizcaya es preciosa! Nunca le di oportunidades hasta ahora!! De hecho estoy otra vez por aquí 😛
Un abrazo guapa!!!
Elena
26 enero, 2013 at 18:54Tengo que reconocer que no he estado nunca en el País Vasco y no es por falta de ganas, aunque puede ser que nunca hubiera incluido a Vizcaya en una visita. Las fotos son preciosas y creo que tendré que incluirla 😉
El Guisante Verde Project
25 enero, 2013 at 20:25Un buen contraste con el anterior post, de la vanguardia a lo más típico. En Bizkaia hay muchísimo para descubrir. Como casco antiguo, Elorrio es para recomendar.
Saludos!
Marta Aguilera
28 enero, 2013 at 18:40Muchas gracias por tu comentario!! Este fin de semana volví por la zona y visité Elorrio siguiendo tu recomendación 🙂